El tendón de Aquiles es el tendón más grande del cuerpo y conecta todos los músculos de la pantorrilla (gastrocnemios y sóleo). Aunque el tendón de Aquiles puede soportar enormes tensiones durante el movimiento, demasiada presión y uso excesivo puede ocasionar Tendinitis Aquilea también denominada Tendinitis de Tendón de Aquiles. Conoce sus causas, síntomas y el tratamiento para su resolución en nuestra Clínica de Rehabilitación en Bilbao.
¿Qué es la Tendinitis Aquilea?
La Tendinitis Aquilea comienza con pequeñas grietas y desgarros repetidos en el tendón de Aquiles sin síntomas evidentes o con dolor moderado a intenso al caminar que se reduce con el descanso. La progresión de las grietas y desgarros conducen a laxitud y dolor en el tendón de Aquiles.
Esta lesión es de frecuente aparición en deportistas de alto rendimiento sin embargo también puede ocurrir en personas sedentarias con poca condición física que afecta el tendón de Aquiles. Si la Tendinitis Aquílea no se trata pueden agravarse y el tendón de Aquiles puede presentar mayor daño como romperse total o parcialmente es caso de esta situación se pierde la movilidad del tobillo y es muy difícil caminar.
¿Cuáles son los síntomas de la Tendinitis de Aquiles?
Además de la aparición de dolor focalizado en el tendón de Aquiles, se presentan otros síntomas en la Tendinitis de Aquiles tales como:
- Dolor en la parte posterior de la pantorrilla, en el área del tendón de Aquiles; el dolor puede ser moderado o severo y puede estar acompañado de edema o no.
- Dolor en el talón (puede ser incapacitante).
- Incremento de la sensibilidad en el tendón de Aquiles, más sensible por la mañana.
- Rigidez en el tendón, lo que reduce el movimiento.
- Disminución de la fuerza y movilidad a nivel del tobillo.
- Engrosamiento del tendón de Aquiles.
- Hinchazón del tendón de Aquiles que está presente todo el tiempo y que empeora con la actividad física.
¿Qué causa la Tendinitis Aquilea?
La Tendinitis Aquilea no puede ser causada por una lesión específica. Si no como resultado de la tensión repetitiva en el tendón, cuando se fuerza más y más. Los factores causales que podemos destacar son:
- Esfuerzos excesivos o movimientos repetidos durante el ejercicio, el trabajo u otras actividades; En los deportes, un cambio en la duración, intensidad o técnica de ejercicio o entorno (como el cambio de una superficie plana a una pendiente o una carretera pavimentada o de campo) puede causar micro desgarres en el tendón que no se pueden curar.
- Lesiones causadas por movimientos repetidos de detención o despegue, comunes en actividades como correr, jugar básquetbol, tenis o bailar.
- Condición física o calentamiento inadecuado (cuando se inicia una nueva actividad o cuando no se ha realizado un calentamiento anterior o posterior).
- Bóveda plantar en desbalance (pie plano, pie cavo).
- Fuertes movimientos repentinos que pueden sobrecargar los músculos de la pantorrilla.
- Deficiencia alimentaria.
Otros factores causales que predisponen al tendón de Aquiles a sufrir lesiones como la tendinopatía de Aquiles son:
- Edad: con la edad, los vasos sanguíneos y la visco elasticidad en los tendones tienden a disminuir; la mayoría de las lesiones del tendón de Aquiles aparecen después de los 30 años.
- Peso: las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en los tendones, por el aumento de presión en el área del tendón.
- Sexo: los hombres están más expuestos a las lesiones del tendón de Aquiles que las mujeres.
- Presencia de otras enfermedades: osteoartritis, gota o artritis reumatoide.
¿Cómo se realiza el diagnóstico médico de Tendinitis de Aquiles?
El diagnóstico de la Tendinitis de Aquiles se basa en la historia, el examen físico y las investigaciones por imágenes.
- En la elaboración de la anamnesis se investiga el nivel de actividad física, el cambio reciente en el sentido de la actividad física (más intenso de lo habitual), cual es la forma en que se realiza el entrenamiento físico, la superficie en la que se realiza el entrenamiento, el uso del calzado (calzado rígido, tacones). alto).
- El examen físico muestra sensibilidad local a la palpación del tendón, la presencia o ausencia de nódulos, la amplitud de los movimientos activos y pasivos en el tobillo y el pie, la fuerza muscular.
- Investigaciones por imágenes: la radiografía de tobillo no es útil para el diagnóstico. Sin embargo, se puede usar para el diagnóstico diferencial de otras afecciones, por ejemplo, la radiografía revela las calcificaciones a nivel del calcáneo. La ecografía evalúa la condición del tendón de Aquiles y su grado de daño. La resonancia magnética nuclear (RMN) revela el área de la inflamación del tendón, la presencia de fibrosis y confirma el diagnóstico.